domingo, 8 de noviembre de 2009

Tensión Muscular y Método Rolf

Dolor y tensión muscular son algunos de los síntomas, según el Método Rolf, ocasionados también por el efecto de la fuerza de la gravedad de la tierra en nuestro cuerpo.
El Método Rolf ayudara a que la fuerza de la gravedad atraviese el cuerpo y no a que lo derrumbe, consiguiendo así una mejor postura y menos tensión muscular.

El cuerpo es un sistema energético que al estar en sintonía con la energía de la tierra, es decir con la fuerza de gravedad, funciona en forma óptima.
El tema es que hay veces en que esto no siempre ocurre así y el desencuentro entre las dos fuerzas es el causante de las tensiones y los problemas, que muchas veces no son tratados de la manera correcta y se vuelven crónicos, llegando a ser imposibles de soportar.
El Método Rolf de Integración Estructural se presenta como un aliado, ideal para que este poderoso campo de energía deje de comportarse como el peor enemigo y se aprenda a usar el magnetismo a favor de uno mismo.
El cuerpo no es un fenómeno aislado en si mismo, sino que está en constante inter juego con su entorno, en especial con la gravedad. Y, esta fuerza así como puede "aplastarnos" también es capaz de fluir libremente y sostenernos.
Los hombres estamos destinados a librar una batalla sin tregua contra la fuerza de gravedad, muchas personas viven sin darse cuenta de que esta ley existe en la naturaleza y viven como si no existiera.
Con esta ley de la gravedad tenemos dos opciones: la usamos a nuestro favor o de lo contrario ella nos derrumba.
Los fuertes dolores de espalda, o de cabeza, o de las piernas, la postura encorvada o incorrecta, los hombros hacia delante, el pecho hundido, el cuello muy corto como si la cabeza estuviera dentro del tronco (como la tortuga), el cansancio demoledor, la baja vitalidad, el deterioro del funcionamiento biológico o la constante sensación de amenaza desde el mundo exterior son algunas de las consecuencias de esta inminente derrota.
La posibilidad de cambio mediante el Método Rolf de Integración Estructural, deriva de la estructura misma del todo el cuerpo. El cuerpo no es una entidad unitaria.
Las percepciones, respuestas y comportamiento de este complejo integrado, o sea el cuerpo, no dependen de las unidades individuales que hay dentro de la envoltura sino de su relación armónica.

• Quienes han realizado el Método Rolf de Integración Estructural, pueden sentir el cambio de energía resultante. A medida que el cuerpo va adquiriendo cierto grado de equilibrio con la fuerza de gravedad, logra reducir la cantidad de energía requerida para cada actividad. Así, al trabajar o practicar actividad física siente que consume menos cantidad de energía de su reserva vital.
• Las personas sienten como mejora su aspecto físico y al mismo tiempo se reduce su nivel de estrés y el grado de ansiedad. La tensión muscular y la emoción obedecen al mismo patrón orgánico. El estado de equilibrio o desequilibrio en el cuerpo, dependen de su relación con el campo de gravedad y se refleja también en la sensibilidad y la percepción, ya que las emociones están íntimamente relacionadas con el tono muscular.
El estado de equilibrio de un organismo sano está representado tanto como por un estado de reposo como por la capacidad y preparación para todo tipo de respuestas a diferentes estímulos.
Las diferentes reacciones provocan un desequilibrio pasajero. En cambio, la sensación de bienestar aparece espontáneamente una vez que la situación finalizó.
En la vida cotidiana hay muchas respuestas que nunca se completan y eso crea tensión, tanto a nivel muscular como emocional.
Si la tensión muscular se vuelve crónica la persona empieza a perder la habilidad de responder apropiadamente a las situaciones que se le presentan. Por esto, el objetivo del Método Rolf de Integración Estructural es devolverle al cuerpo su propia capacidad para reaccionar cuando lo necesita, sin llegar a una tensión desmedida.
• Se vuelven a sentir los movimientos más suaves, más amplios y menos forzados, tanto como también, son más dinámicos y energéticos.
• La postura se ve y se siente mucho más erguida y se nota una menor tensión muscular y menor esfuerzo para mantenerla.
• Las articulaciones se sienten más livianas, recobran agilidad y la sensación es como si hubieran sido aceitadas.
• Los malestares crónicos tienden a desaparecer o aliviarse enormemente.
• La persona puede sentir ganas de emprender nuevas actividades y concretar proyectos, por la energía ahora disponible, antes esta energía estaba siendo utilizada para sostener la tensión y ahora la puede disponer para otras necesidades.
• La elongación y la ubicación del cuerpo a lo largo de su eje vertical junto con una mayor participación de la musculatura profunda redundan en movimientos más armónicos, eficientes y precisos, además producen un magnífico bienestar interior, una inmensa tranquilidad emocional y una sensación de flexibilidad que le permitirán mejorar su calidad de vida.